La tampografía es un sistema de impresión en el que la tinta se transfiere al objeto mediante un tampón de silicona o caucho. El primer dispositivo de tampografía se diseñó en el 1969 por Pierre Schmid. Este sistema de impresión es ideal para imprimir en objetos curvos, rugosos y cuya superficie no es lisa gracias a las placas de los tampones. El uso más habitual que se le da a la tampografía es para la publicidad y el merchandising (bolígrafos personalizadas, tazas de empresa, mecheros, etc).
Origen de la tampografía
Pierre Schmid utilizaba el tampógrafo para imprimir los elementos de las esferas de los relojes. El proceso se fue mejorando con el tiempo hasta convertirse en una máquina de gran éxito y que tras 70 años siguen en funcionamiento. Actualmente las máquinas de tampografía son automáticas y muy optimizadas y consiguen acabados perfeccionados y precisos que se adaptan a las deformaciones de los objetos. La técnica de la tampografía permite también imprimir en varios colores.
Fases y funcionamiento de la tampografía
La primera fase de la tampografía es entintar el cliché. Mediante una espátula se esparce la tinta encima del cliché y por encima pasa una lámina de metal. De esta manera, la tinta se esparce solo por los huecos. Después el tampón pasa por encima del cliché y se empapa de la tinta de los huecos. Cuando el tampón presiona sobre el objeto (un bolígrafo, una taza, un mechero, etc), se imprime toda la tinta con la imagen escogida. Después de calibrar y optimizar todos los procesos de la máquina, se pueden llegar a imprimir miles de objetos diariamente.
Productos personalizados
Cuando una empresa quiere plasmar la imagen corporativa de su empresa, iniciar una campaña de marketing o hacer un regalo interesante y útil a sus clientes, la impresión mediante tampografía puede ser la mejor opción para crear un producto personalizado. La tampografía es además ideal para ferias y eventos, para que tus clientes no se olviden de ti. Unas gafas personalizadas, un abanico, llaveros de metal, tarjeteros, son siempre objetos útiles, prácticos y que tus clientes utilizarán cuando les haga falta. Es por eso que la tampografía es una muy buena idea.
Pros y contras de la tampografía
Uno de los pros, además de crear productos de merchandising muy útiles, es que la tampografía es muy barata, muy duradera y mediante la cual se consigue una gran definición. El único contra que podríamos destacar (aunque no siempre se da el caso) es que no es una técnica muy buena para imprimir sobre el metal. No obstante hay otros métodos mediante los cuales podemos imprimir en metal: la serigrafía.