Elegir el nombre que le vamos a poner a nuestra empresa puede ser uno de los pasos más difíciles. En muchos casos no nos llega la inspiración o tenemos dudas de si es el adecuado. Y es que el nombre de nuestra empresa será el que nos represente, el que transmita los servicios que podemos ofrecer.
Uno de los principales aspectos a tener en cuenta es que sea fácil de pronunciar y de recordar. Si es demasiado complejo corremos el riesgo de que se olvide rápidamente. También debe dar una idea de aquello a lo que nos dedicamos o los productos con los que trabajamos.
Siempre es buena opción anotar aquellas posibles ideas que nos surjan, para ir dándole forma a partir de esa base. En el post de hoy te ofrecemos algunos consejos para que puedas definirlo y logar crear el que mejor te represente.
Utiliza acrónimos
Los acrónimos se basan en la utilización de la primera letra de las palabras, ya sean de nombres o frases. Seguro que hay muchas empresas que te vienen a la mente ahora mismo que han recurrido a este método. Es una forma sencilla y práctica de recordar nuestro nombre completo.
Uso de otros idiomas
Otra forma original de darnos un nombre es utilizar palabras en otros idiomas. Estas pueden tener un significado que defina a la perfección el alma de nuestra empresa. Resultarán llamativas y resultarán fáciles de recordar y reconocer.
Crear palabras a partir de otras
Buscar palabras que estén relacionadas con nuestra empresa y juntarlas puede ser muy efectivo. A partir de ellas pueden surgir otras, abreviándolas y componiéndolas de cierta manera, también conseguiremos crear un nombre que genere una idea de lo que ofrecemos.
Nombres geográficos
Existen lugares en el mundo que pueden transmitir unas ideas y sentimientos que encajen con los servicios que prestamos o con los productos con los que trabajamos. Ya sean ciudades, ríos o grandes montañas, sus nombres pueden representar el éxito, la magnitud o la ausencia de barreras. Ligar estas ideas a nuestro negocio puede ser muy beneficioso para su imagen.
Recurre a los libros
Si buscamos en los libros, seguro que encontraremos personajes con los que nos podamos sentir identificados y cuyo nombre nos pueda representar. Son muchas las empresas que conocemos que han recurrido a esta opción. Personajes pertenecientes a la mitología o a obras literarias de referencia pueden convertirse en nuestra marca.
Utilizar nuestro nombre
Tan sencillo como esto. Podemos utilizar nuestro nombre completo o uno de nuestros apellidos para bautizar nuestra empresa. Podemos encontrar grandes marcas sofisticadas y muy extendidas por el mundo con el nombre de sus creadores.
Empresas asociadas
En el caso de que vayamos a estar asociados con otra empresa, no es necesario cambiar el nombre por completo y buscar uno nuevo. Siempre se puede combinar el nombre de ambas empresas. Dará una imagen corporativa seria y competente.
Símbolos
La utilización de símbolos siempre nos puede inspirar. Para ello será necesario observar qué elemento es imprescindible en nuestro trabajo. Una vez elegido, podremos buscar una palabra que combine parte de este elemento con otro que le añadamos. Por ejemplo, puede empezar con el nombre del símbolo y terminar con parte de nuestro nombre propio.
Uso del latín
Al igual que hemos señalado la posibilidad del uso de palabras en otros idiomas, hay que recordar siempre la oportunidad del latín. Podemos encontrar palabras o frases que nos definan y que, tanto visual como fonéticamente, resulten agradables.
Abreviaturas
Un artículo, un lugar o una ciudad, pueden tener una gran importancia en nuestro negocio. Esto también nos puede ofrecer una posibilidad para encontrarlo, abreviando el nombre de los mismos.
Descripciones
Anota en un papel todo aquello que defina tu negocio. Así podremos rondar varias posibilidades para nuestro nombre. Resultará característico, reconocible y descriptivo.
Apodos
Es habitual que todos tengamos apodos o se los hayamos puesto a alguno de nuestros seres queridos. Además de definirnos, también será una especie de homenaje hacia aquella persona.
Similitudes
Puede que nuestros productos o los servicios que ofrece nuestra empresa puedan asimilarse a algo. Estos pueden ser tanto personajes, como animales, alimentos o colores. Como, por ejemplo, si ofrecemos un servicio de mensajería exprés, podemos recurrir a un animal que sea rápido y eficiente en sus movimientos.
Palabras inventadas
No es necesario que creemos palabras a partir de otras, o que tengan sentido. Podemos buscar un nombre sonoro y llamativo, a la par que original. Pero recuerda siempre que sea fácil de recordar y que su escritura no sea demasiado complicada.
Errores gramaticales
Aunque corramos el riesgo de que nos corrijan el nombre de nuestra marca de forma incesante, esta puede ser una gran opción de marketing. Llevar a cabo errores gramaticales a propósito, puede hacer que llame más la atención y se quede mejor en la mente de los posibles clientes.
Valores
Reflejar nuestros valores en el nombre también nos otorgará una seña de identidad. Busca aquellos en los que se basa tu negocio y que sientas que lo representan. Puedes combinarlo con la abreviatura o la combinación de palabras para darle una nueva forma y transmitir aquello que desees.
Añadir o quitar letras
Otra buena opción es jugar con las letras que componen las palabras. Podemos añadir alguna letra de más, repitiendo alguna. O también podemos optar por quitarlas o cambiarlas por otras. Así estaremos creando un nuevo concepto, dándole nuestro propio estilo.
Habla de tu historia
Puede que haya hechos determinantes que hayan sucedido durante la creación de nuestra empresa o en sus orígenes. Esto podemos reflejarlo en nuestro nombre, dotándolo de sentido y contenido.
Elije una palabra al azar
Si seguimos sin tener claro cuál puede ser el nombre más adecuado para nuestra empresa, siempre podemos recurrir al diccionario. En él podremos encontrar palabras curiosas o llamativas que podamos elegir, aunque no tengan nada que ver con el sentido de nuestra empresa.
Cuando por fin tengamos nuestro nombre, será imprescindible acompañarlo de un buen logo y dotarle de los colores adecuados. Con todo esto, conseguiremos crear una imagen corporativa profesional, reconocible y accesible.