Tarjetas de visita

Las tarjetas de visita son un elemento primordial en nuestro negocio. Estamos habituados a su uso y a que pasen por nuestras manos gran cantidad de ellas. Pero, como en cualquier tipo de publicidad que realicemos, no todo vale. No solo se trata de ofrecer nuestros datos de contacto, sino que es nuestra carta de presentación. Con ella daremos una primera imagen sobre nuestro producto o servicio, por lo que es fundamental cuidar todos los detalles. A la hora de elaborarla, elegir correctamente aspectos como la tipografía, la forma o el acabado puede determinar la percepción de seriedad y profesionalidad que reciba el cliente.

La originalidad e innovación también serán puntos a nuestro favor, por lo que debemos evitar copiar o asemejarnos excesivamente a la imagen o el estilo de otras empresas de la competencia o que hayamos podido ver. Con una tarjeta llamativa, pero con gusto y cuidado en el detalle, conseguiremos transmitir a nuestro cliente que somos justo lo que estaba buscando.

¿Cómo elegir la mejor tarjeta de visita?

Tarjetas de visita según su forma

Como habremos visto, las tarjetas de presentación pueden ser de formas muy variadas. Las que encontramos con mayor frecuencia suelen ser las de forma rectangular, con medidas de 85×55 mm o de 90x55mm.

Alguna modificación sencilla, pero con la que ya estaríamos marcando la diferencia, pueden ser las tarjetas cuadradas, alargadas o con las esquinas redondeadas. Si queremos salirnos de la norma, con la elección de unas tarjetas redondas o con forma personalizada llamaremos mucho más la atención. El impacto visual se incrementa y puede ayudarnos a ofrecer una imagen más cuidada y moderna de nuestro negocio.

Tarjetas de visita según el tipo de papel

Las tarjetas de visita clásicas se realizan en papel blanco, normalmente estucado mate, de entre 300 y 400 gramos y unas 350 micras de grosor.

Como en el caso de la forma, respecto al tipo de papel también encontraremos muchas variedades. En este caso, nuestra elección debería ir orientada a plasmar el tipo de empresa que somos. Si le queremos dar un aspecto más serio podemos utilizar papeles con texturas, o papeles kraft o reciclados si pretendemos ofrecer una imagen más sostenible. Si lo que pretendemos es generar una imagen más moderna o creativa podemos decantarnos por un papel plástico o traslúcido. Como siempre, nuestra mejor aliada será nuestra imaginación.

Tarjetas de visita según el acabado

Hasta hace unos años se imprimían las tarjetas de visita con una sola tinta, habitualmente negra. Actualmente podemos encontrar tarjetas que hacen uso de muchos otros colores gracias a la modernización de las máquinas de impresión, que permiten que el uso del color sea mucho más accesible económicamente que antes.

Además de darle color a nuestras tarjetas, también podemos añadir plastificados y texturas que aporten calidad a nuestra presentación. Como en los casos anteriores, para la elección tendremos en cuenta que esté acorde con nuestro tipo de empresa.

El plastificado más común es el laminado mate. Con este plastificado aumentaremos el grosor de la tarjeta, su calidad y la protección frente a posibles roces o roturas. También encontramos el soft touch, que es un laminado suave que da efecto de piel de melocotón, o el barniz, al que se la ido dando más uso en los últimos años. Este último, se puede aplicar de forma completa por toda la superficie de la tarjeta, a modo de protector, o sobre zonas concretas. El uso del barniz sobre determinadas zonas puede ayudarnos a destacar unos elementos sobre otros, generando contraste con la zona mate inferior. Además, estos barnices pueden tener relieve, dando un efecto 3D a nuestras impresiones.

Colores especiales o efectos metálicos

Por último, para destacar sobre el resto de tarjetas del mercado, podemos hacer uso de colores especiales. Además de las tintas CMYK, que es la mezcla de las cuatro tintas básicas, disponemos de un abanico mucho más amplio. Podemos encontrar tintas con efectos brillantes, flúor, dorados o plateados que harán destacar el nombre de nuestra marca y generar una mejor impronta.

También podemos encontrar el Stamping, un acabado con un mayor coste económico pero que nos ofrece un plus respecto a la imagen de calidad que pretendemos ofrecer a nuestros clientes. En este acabado se aplica una lámina en caliente de color metálico en diferentes tonos. Podemos hacer uso de gran variedad de tonos, como el cobre, el verde o el azul, pero los más utilizados suelen ser los dorados y los plateados.

Origen y curiosidades de la tarjeta de visita

Antiguamente, las tarjetas se utilizaban por los nobles cuando visitaban una casa o, cuando realizaban la visita y los señores estaban fuera, para dejarla al personal y así quedara constancia. Aunque no se sabe con certeza cuando se les comenzó a dar uso, se ubica, aproximadamente, alrededor del siglo XV, principalmente en China. Cuando la persona visitaba la vivienda, le hacía entrega de su tarjeta al personal de servicio y este se lo entregaba al señor, el cual decidía si atendía la visita o no.

En Francia se creó un tipo de tarjeta de visita en las que se incluían una serie de pequeñas fotografías del propietario de las mismas. Este tipo de tarjeta fué muy utilizada por los personajes famosos.

Ya en el siglo XX, el uso de las tarjetas de visita se traslada, de forma exclusiva, al uso comercial que conocemos actualmente.