Cuando nuestros clientes no envían un trabajo a imprimir, nuestro deber es que la impresión salga perfecta y con la máxima calidad posible. No obstante, en ocasiones, nuestros clientes cometen ciertos errores a la hora de dejarnos un proyecto a imprimir y esto puede empeorar el resultado. Por lo tanto, en este post te enseñamos cómo debes enviar un trabajo a imprimir para que le saques el máximo partido posible.
Aspectos a tener en cuenta
Lo primero en que debemos fijarnos y poner atención es el tamaño del documento a imprimir. Tanto si lo que vamos a imprimir folletos, carteles o cualquier tipo de impresión publicitaria o de otra índole, es fundamental cumplir ciertos estándares de tamaños y dimensiones. A la hora de diseñar también es importante hacerlo tomando por referencia el mismo tamaño que el de impresión, puesto que, de lo contrario, el documento perderá calidad. Por lo tanto, el diseño del documento debe llevarse a cabo con el mismo tamaño que el producto a imprimir. Si por ejemplo vamos a imprimir unos folletos en tamaño A5, estos deben ser previamente diseñados a un tamaño A5, para que la resolución no se pierda.
Por otra parte, es fundamental cuidar las distancias de seguridad de los bordes del documento, es decir, el sangrado. Esta distancia se debe dejar en caso de que la hoja o el material a imprimir deba cortarse como paso final, para que no se pierda ningún elemento, información o parte del diseño. Lo recomendable es dejar una distancia de seguridad de 3 mm entre los elementos que vamos a cortar. Pero si queremos asegurarnos de que no quedará espacio en blanco tras realizar el corte, también podemos cortar solamente 2 mm por cada lado.
Ortografía
Lo tercero más importante a la hora de imprimir es la ortografía de los textos. En todos los trabajos de impresión es imprescindible revisar a fondo que no haya errores ortográficos y, como 10 ojos ven más que dos, lo mejor que podemos hacer es pedir que más personas revisen nuestro trabajo. Los colores son otro factor decisivo en la calidad de los proyectos impresos. Si diseñamos un documento que posteriormente va a ser impreso, debemos utilizar una calidad de colores CMYK, es decir, destinada a la impresión, desde el principio.
El tamaño de la tipografía es otro factor que puede hacer que nuestro proyecto no quede vistoso a la hora de imprimir. Aparte de que debemos escoger una tipografía o varias que combinen bien juntas y sean legibles, debemos darle al texto al menos 6 puntos de tamaño. Si le damos un tamaño inferior, probablemente el texto no se podrá leer correctamente o no va a invitar a la lectura.